Todos
los niños poseen un potencial creativo, que lo podrán desarrollar si les
proporcionamos actividades que despierten su interés y si le permitimos
explorar e investigar con los objetos nuevas formas de usarlos.
Con
frecuencia a los adultos los confunde la idea de creatividad, sus experiencias
anteriores, rígidas, asfixiantes o sin bases, le hacen dudar de su capacidad
creativa. Quizás piensen que sólo los artistas son creativos.
Los
maestros deben de creer que todos los niños poseen un potencial creativo, de la
misma manera que creen que los niños tienen un potencial físico para
transformarse en adultos. Los productos finales del proceso creativo, como las
pinturas, collages etc.;
quizás tengan poco valor para el adulto, pero el proceso que ha intervenido es
de gran valor para el niño en desarrollo, no se usan patrones para lograr
productos que se le parezcan y no hay cuadernos para colorear donde se tengan
que rellenar figuras.
El
maestro tiene confianza en el niño y se lo repite con frecuencia absteniéndose
de ayudarle desde un principio, tratando de que tenga confianza en sí mismo. Al
fomentarla, el maestro permite la experimentación y le indica el medio para
resolver un problema. Si el docente pierde la confianza en la capacidad
creativa del pequeño y cae víctima de presiones para producir resultados lo
perjudicará en el desarrollo de su futura creatividad y por lo tanto antes de
comenzar alguna actividad, esperará la idea o la forma “correcta” de hacerla, con
lo cual el niño no disfrutaría de los resultados ni del proceso.
La
persona que crea, se enfrenta a nuevos mundos y a nuevos retos que posibilitan
diversas formas de relación y flexibilidad en la manera de asumirlos. La
expresión de la creatividad exige valor, voluntad y perseverancia.
Un niño creativo posee cualidades como:
ê Una gran sensibilidad frente a los estímulos
sensoriales.
ê Una capacidad más amplia
para percibir las semejanzas y diferencias entre varios estímulos del mundo
exterior (percepción de detalles, características y elementos constitutivos)
esto facilita la comunicación y la relación con el entorno.
ê Una mayor coordinación
sensoriomotriz que garantíza mejores resultados físicos en la movilización
normal y en los movimientos espontáneos que implican actividades de juego y
recreación.
ê Una imaginación
desarrollada, entendida como la capacidad para desprenderse del mundo real y
representar desde sí mismo los objetos que antes fueron percibidos por los
sentidos. Un niño imaginativo puede transformar la realidad alejándose de las
manipulaciones de los medios de comunicación, del consumismo y del automatismo
que nos impone la sociedad actual. Es capaz de integrar una serie de imágenes
con una estructura, contenidos y movimiento.
ê Tener la originalidad, es
decir; tener la percepción de una nueva posibilidad o un nuevo abordaje
práctico a una realidad. La capacidad para abandonar, con sentido práctico, lo
establecido y lo convencional para poder construir objetos inimaginarios o
reales de forma creativa y hacer propio lo que para otros es inexplotable o
extraño.
ê Estar bien informado y
poseer facilidad expresiva. Que fluyan las ideas y ser flexible de pensamiento.
ê Una mayor capacidad de
iniciativa. Normalmente son niños arriesgados y vitales. Esto redunda en un
mayor bienestar escolar y familiar. Un niño creativo será una persona que
realice su propio proyecto de vida.
http://mundocreativo.wikispaces.com/La+creatividad+en+el+ni%C3%B1o+Preescolar
BRONSTEIN Verónica. “Niños creativos”. Ed. Océano, México, 2001. Pág. 108
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